Marta

Hoy tocaba comida de empresa. Invitaba nuestro jefe, para celebrar que el año se acababa bastante bien para nuestra empresa. Para comer fuimos a Sant Cugat. Y yo no tenía coche.

Eramos ocho en total. Necesitábamos dos coches. Julio y Marta fueron los afortunados (no había más, porque mi coche está en el taller). Con Julio ya había ido unos meses atrás, así que hoy tocaba ir con Marta.

Como ocurrió con Julio, se notaba la experiencia conduciendo. Llegar a un ceda, que yo me lo hubiese saltado porque íbamos hablando y me habría despistado (o no, quien sabe) y frenar sin dejar de hablar, porque venía otro coche.

Después de comer, volvimos a la oficina. Tuvimos una suerte bárbara, porque cuando llegamos justo se iba un coche, y nos quedamos con su hueco. De hecho, es el hueco donde suelo aparcar yo (suerte dos veces, porque yo tengo el coche en el taller).

;-)