Honda Civic LSi

Honda Civic LSi
Mi primer coche

30 de diciembre de 2008

Mi primer alquiler (y 5)

A modo de conclusión os explicaré qué me pareció el Peugeot 308.

En los primeros minutos conduje con muchísimo cuidado. Luego me fui soltando, y al día siguiente ya era capaz de llevarlo como si fuera mio. Lo que no llegué a controlar era el lado derecho. Siempre me apartaba demasiado del borde.


Control de crucero
El control de crucero lo encontré muy útil. Le dices que la velocidad ha de ser 80 Km/h, y el coche sólo acelera hasta alcanzar esa velocidad.

Ah, tiene truco. Y un problema.

El truco es que tienes que ir en cuarta marcha. Me extrañó un poco que no pidiera quinta, pero en cuarta iba de maravilla. Quizás en quinta se podría lograr un ahorro mayor de combustible.

El problema es que no tiene radar. Por tanto, él mantiene la velocidad, si, pero si por delante alguien frena, él no lo hace. Esa tarea queda para el conductor. Ah, y tampoco gira solo. Vamos, que conducir tienes que seguir conduciendo, pero tus pies y piernas van más descansados.

Limitador de velocidad
Otro dispositivo muy útil. Le marcas la velocidad máxima que no quieres superar, y cuando llegas a ese límite, por más que aceleres, el motor no responde.

Así resulta bien sencillo no pasar de 50 Km/h dentro de ciudad, o de 80 Km/h en las rondas. Y no digamos los 120 Km/h de la autopista.

Ambos dispositivos son útiles, sí, pero también distraen un poco. Aunque cuando te acostumbras, manejas los mandos casi sin pensar, subiendo y bajando la velocidad.

Pedales
Los pedales no me gustaron. Supongo que me he acostumbrado a los pedales de mi coche, pero los encontré demasiado altos.

Frenos
Los frenos, demasiado sensibles. Con poco que pisé el freno, se clavaban. Deberían tener más recorrido (para mi gusto). Al final les acabé pillando el tranquillo, lo que me permitió frenar con más suavidad.

Pero tras tres días de uso, aún se me escapaba alguna clavada de frenos.

Eso si, los frenos mucho mejores que los de mí coche. Sólo por eso ya valdría la pena cambiarme de coche.

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