El viernes subí a trabajar en coche. Cuando salí del trabajo me llevé una sorpresa: el volante estaba ardiendo.
Claro, si el sol le da de lleno es normal.
Hoy, aprovechando que llenaba el depósito, me he comprado un parasol.
Mañana lo podré probar.
1 comentario:
Ojito con las temperaturas a las que llega un habitáculo cuando el coche se ha quedado al sol: riesgo de mareos y cefaleas varias.
Publicar un comentario