Pongamos la siguiente situación. Tenemos cuatro carriles, todos en el mismo sentido. Vía urbana.
De izquierda a derecha tenemos:
1) Carril de giro obligado a la izquierda
2) Carril para seguir recto (lleva directo a la entrada de la Ronda de Dalt).
3) Carril para seguir recto (para seguir por Vall d'Hebron sin entrar en la Ronda).
4) Carril Bus.
Dado que el carril 2) suele ir lleno, muchos conductores aprovechan el carril 1) para avanzar un buen trozo, y luego intentan cambiarse al carril 2).
Si eso lo hacen antes de llegar a la intersección, ningún problema. Todos los carriles (excepto el carril bus) tienen línea discontinua.
El problema aparece al llegar a la intersección. En ese punto (ya dentro de la misma) su única alternativa es girar a la izquierda, puesto que el carril 1) tenía pintada en el suelo una flecha que marca esa dirección.
Muchos vehículos se saltan esa marca vial e intenta meterse en el carril 2). Hace unos días había un guardia urbano dirigiendo el tráfico. Vio un coche que intentaba pasar del 1) al 2) en plena intersección, y no le dejó. Le obligó a girar a la izquierda.
Mosqueado marchó el conductor.
:-)
PD: para quien viva en Barcelona, estoy hablando del tramo de Vall d'Hebrón que va entre las paradas de metro Montbau y Vall d'Hebron, de la línea 3.
1 comentario:
Leo lo del conductor listo que se quiere saltar la flecha y sigo pensando... ¿acaso hubiese hecho lo mismo en el examen práctico? Ah, con el examinador soplándole en la oreja no había huevos, ¿eh?
El día que algunos conductores comprendan que la conducción es un hecho social avanzaremos un gran trecho.
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