Llegas a una intersección regulada con semáforo. Tráfico intenso. Llega un turismo (o furgoneta, tanto da). Ve que si entra en la intersección, se va a quedar en medio, ya que hay un poco de retención. Pero tiene el semáforo en verde.
Y se mete.
¿Qué ocurre? Que no puede avanzar, y se queda en medio de la intersección. Los segundos pasan, y el semáforo que quedó a sus espaldas cambió a rojo.
Ahora, los que le vienen por la derecha (o por la izquierda, según la intersección) quieren pasar, porque tienen su semáforo en verde. Pero no pueden, porque ese conductor tan simpático se ha quedado en medio.
Y ni gira a la izquierda (o derecha, respectivamente), porque no quiere ir por ahi. Ni avanza, porque no puede, porque delante suyo los coches están parados.
Eso provoca que en la calle que quedaba a su derecha (o izquierda) empieze un atasco provocado por la intersección.
¿No os habeis fijado nunca?
Seguro que sí.
Podeis opinar, jeje.
2 comentarios:
Pues si que me suena sí...
Lo peor es que si tu eres previsor y te esperas un poco antes de entrar, desde atrás te pitan para que tires...
Claro que pasa, esa situación es la leche jaja. Es divertido de verdad cuando quien lo hace es un autobús (por cierto, ¿es cosa mía, o en el centro de Barcelona, si eres peatón, hay que irse con ojo con los autobuses en los pasos de cebra?).
Y como dice Jaume L, cuando te esperas a tener tu huequecito delante antes de tirar, tienes a los agonías de la vida pitándote.
Ah, una vez un chaval muy simpático me dejó en medio de un cruce, porque se paró para dejar a su novia justo después de la intersección.
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