Hasta ahora no había conducido de noche. Nunca.
Bueno, dentro de la ciudad sí había conducido, pero aquí había un montón de farolas, y usaba siempre las cortas (en ciudad no se pueden usar las largas).
Sí que recuerdo que con las luces de sodio (anaranjadas) me costaba ver las líneas blancas (marcas viales). No digamos las amarillas (obras).
Pero me quedaba probar el conducir en oscuridad total. La última expericia la había vivido con un compi del trabajo, que algunas veces me había traido desde Sant cugat a Barcelona, por la carretera de Vallvidriera. Cuando aún estabamos en invierno, a las 18h era de noche. Pero era él el que conducía, y por entonces yo aún no había aprovado el examen práctico.
Para mi primera experiencia nocturna tenía un plan. Conocía el recorrido por la A-2 hacía Sant Joan Despí (donde esta el TV3). Mi plan era coger la A-2 desde la Ronda de Dalt, y salirme por la primera salida (Sant Joan Despí), dar media vuelta, y para Barcelona otra vez.
Y eso hice. Desde la ronda salí hacia la A-2. Desconcierto. La A-2 estaba bien iluminada, por incontables farolas (bueno, totalmente contables, pero no me molesté en irlas contanddo).
Decidí abandonar parte de mi plan inicial, y no salirme en Sant Joan Despí, sino seguir recto. Cuanto más lejos de Barcelona, menos farolas habrían, supuse.
Para nada. Llevaba ya un buen rato y seguía circulando por una autopista bien iluminada. Estuve tentado de dejarme ir hasta Tarragona, o incluso hasta Zaragoza. Pero el sentido común pudo con mi yo temerario, y al final me salí de esa autopista, hacia Terrasa.
Y entonces se hizo la luz. Mejor dicho, se acabaron las farolas y entré en la negra oscuridad de la noche. Fue así, repentino, inesperado. Me tuve que pellizcar, para asegurarme que era real lo que veía.
Y luego caí en la cuenta que iba con las cortas. Encendí las largas. Que gozada, por fin usaba las largas. Pero el temor se apoderó de mí. Estaba en una nueva autopista, desconocida totalmente por mí, en dirección Terrasa, sin saber cómo volver a Barcelona.
Seguí recto. Ya encontraría un cartel que dijera: "Barcelona para allí".
Y lo encontré. Un desvio hacia los Túnels de Vallvidriera. Ahora que lo pienso, me podría ahorrar cada mañana los 3 euros de los túnels, si fuera por esa autopista. Pero quizás me los gastase en combustible.
Volviendo al tema, me metí en los Túnels y hacia Barcelona. Antes de llegar al peaje caí en la cuenta que tendría que pagar. Y me dí media vuelta, y me fui en dirección a mi trabajo. Allí me fuí hacia la C-58, que es gratuita.
En la C-58, oscuridad nuevamente. Hasta el Nus de la Trinitat. Al llegar a Barcelona quise hacer una nueva prueba, y me subí por la Rabassada hasta el tibidabo. Al cruzarme con un coche, me hizo ráfagas: no me acordaba que con las largas deslumbro a quien venga de frente, así que apagué las largas y las volví a encender cuando me crucé con aquel coche.
Subí la carretera de la Rabassada, y la volví a bajar. En las curvas sí me despistaba un poco, porque las luces no iluminaban la zona a la que yo miraba, sino que iluminaban en línea recta. Pero circulé lento (a no más de 40 Km/h), por lo que no tuve ningún riesgo.
Experiencias
Recuerdo haber visto la luna, y cerca de ella una estrella muy brillante. No se si era realmente una estrella (quizás una variable en su fase más luminosa) o un planeta (según mi programa de astronomía podría ser Júpiter, pero no se si brilla tanto).
Recuerdo haber visto la negrura de la noche en mis retrovisores. Y cómo de repente aparecían dos puntos de luz (un vehículo). De día no lo habría visto. De noche, ese cambio en el retrovisor hizo que desviara los ojos hacia el retrovisor.
Recuerdo la dificultad de saber si alguien venía por el carril al que intentaba incorporarme o lo hacía por el contiguo, porque veía los dos puntos de luz, pèro no veía los carriles.
Recuerdo que me costaba más calcular distancias, con el consiguiente riesgo de entrar demasiado rápido en una curva.
Y recuerdo la ráfaga que me lanzó un conductor molesto porque le deslumbraba.
Epílogo
No está mal para una primera experiencia. La próxima vez cogeré la C-58 directamente. Miraré en un mapa hasta dónde llega, para saber cuántos kilómetros haré y cuánto tiempo tardaré. Porque esa autopista no tiene farolas en su recorrido.
:-)
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