Honda Civic LSi

Honda Civic LSi
Mi primer coche

5 de septiembre de 2007

A Ferrol, Ciudad del Civic

Si, éste finde me fui a Ferrol, pero en autobus.

La idea era circular por las carreteras gallegas, pero con chófer. Y dado que soy pobre para alquilar una limusina, me pillé un billete de bus, que tampoco está mal.

No pude ir en primera fila, con buena vista de la carretera, porque dos yayas se sentaron delante, así que tuve que ir en segunda fila.

El autobús pasaba por varios pueblos, comunicándolos con A Coruña y con Ferrol. Muchas de las carreteras por las que pasé habían sido arregladas (re-asfaltadas) y tenian un piso estupendo.

Al llegar a Ferrol ví muchos Civic (bueno, muchos mas de lo que suelo ver en A Coruña), por eso digo eso de Ciudad del Civic.

A Ferrol llegué sobre las 20h. Estuve callejeando un rato y a las 21h me fui a cenar. Pero se me hizo un poco tarde, y a las 22 salí corriendo hacia la estación de autobuses. Llegué muy pronto, en 10 minutos, pero mejor así. Lo malo es que me quedé si postre. Es lo bueno de tener coche, que puedes perder media hora sin perder el coche. Con el autobús eso no pasa. A las 22h30 tenía que cogerlo, o quedarme en Ferrol.

El viaje de vuelta fue de noche. El autobus usó casi todo el rato las luces de cruce (no las largas). Se nota que el conductor conocía el recorrido.

En la vuelta sí pude ponerme en primera fila. Fui mirando el velocímetro del autobus. Curvas que yo hubiera tomado a 40 Km/h él las tomaba a 60 Km/h. Me tengo que mirar eso de conducir en carretera, no puede ser que yo vaya a 40 Km/h.

:-)

Por supuesto, en ningún momento superó el límite de velocidad. Soy yo el zopenco, incapaz de tomarlas a 60.

El viernes igual me voy a Lugo, también en autobus.

1 comentario:

euskanbria dijo...

Lástima no haberte leído antes para recomendarte un par de sitios en Lugo. Por si lo leyeras estando en la ciudad bimilenaria:

- El Calma Chicha. Está en Campo Castillo, detrás del ayuntamiento siguiendo la calle donde se ve la estatua de bronce dedicada a Anxel Fole y te queda a mano izquierda. Es una tetería cojonuda y puedes pasar buenos ratos leyendo algo tuyo o viendo actividades culturales o escuchando música (también en directo). Incluso tiene biblioteca a disposición pública.

- Candonga: justo enfrente del Calma Chicha, también un ambiente muy íntimo y distinto, casi étnico, a pesar de que últimamente lo están dejando perder.

Y por supuesto, fuera ya de bares, toda la arquitectura existente, histórica o civil y religiosa que es mucha y muy agradable. Sin olvidarte de pasear por el adarve, que es lo más bestia que he visto para observar un atardecer.


Cambiando de línea, sobre las luces: aunque el código dice que hay que usar las de carretera pocos son quienes lo hacen. Yo confieso que tampoco o muy poco. Al principio sí lo hacía, porque me parecía que no veía nada. Después vas cogiendo experiencia, aprendiendo como traza la carretera que cruzas a diario y te vas acostumbrando a usar cruce: así no corres el riesgo de deslumbrar a nadie y tampoco tienes que perder atención para cambiar las luces. Más aún en el autobús, en el que soltar las manos del volante no es moco de pavo, pues son vehículos cerrados ultrasensibles al más mínimo movimiento. (Y claro, nada que ver conducir eso con un coche, ni parecido).