Mi calle

Ayer, como quien no quiere la cosa, hablé un poquito de mi calle. Y de cómo me salté una señal en plan machote.

Hoy hablaré de mi calle.

Mi calle
Mi calle tiene dos puntos de entrada. Por tanto es de doble sentido. Doble sentido teórico, porque en la práctica es de sentido único, porque en uno de los extremos hay una señal de dirección prohibida.

Mi calle tiene pendiente (no es llana). Por tanto, uno de los sentidos es el de subida (el permitido) y el otro es de bajada (el que está prohibido).

Si subimos por mi calle, los últimos 30 metros del lado derecho tienen una prohibición añadida: la de aparcar. Ello se debe a que la calle se va estrechando a medida que se acaba. Y claro, el camión de la basura no cabe, si hay coches aparcados.

La "solución" que habían encontrado algunos conductores es la de subir el coche a la acera. Pero para los peatones es un pelín molesta esa solución, como os podéis imaginar. El ayuntamiento puso unos postes metálicos en la acera, para evitar que los coches subieran. Ahora ya no aparcan los coches, pero a los peatones les cuesta mucho pasar porque ha quedado la acera muy estrecha.

En la parte ancha de la calle se podrían poner cuatro carriles, pero muy pegaditos. O sea, pasarían cuatro coches pero muy pegados, con alto riesgo de rozarse. Por tanto, mi calle se conforma con tener tres carriles. Dos laterales, usados para aparcar. Y el central, que sirve para circular.


Cómo la uso
En mi calle entro muy pocas veces. Mi calle termina en otra calle, un poco más ancha, y es ahí donde aparco. Pero para llegarme hasta ese sitio, no subo por mi calle sino por una calle paralela.

Cuando llego a la zona donde aparco, si está todo lleno, tengo dos opciones. O meterme en mi calle, pero saltándome la señal de dirección prohibida. O seguir recto y dar la vuelta a la manzana (una peazo de vuelta).

Casi siempre hago lo mismo. Doy la peazo vuelta con la esperanza que alguien se haya ido y me haya dejado un hueco. Realmente no se porqué me doy esa vuelta, sería más fácil pararme allí y esperar 10 minutos.

Si doy la vuelta a la manzana pero veo que sigue todo lleno, entonces hago de tripas corazón y me meto en mi calle, pero por el lado prohibido.

Por supuesto, mi calle está igual de llena que esa zona que describía. Y a veces, para aparcar me toca hacer de tripas corazón, por segunda vez. Me toca saltarme una señal de prohibido estacionar, y aparcar ahí.

Miércoles
Los miércoles voy a comprar al super, al salir del trabajo. Esta semana, excepcionalmente, he ido hoy (jueves). Después de cargar el coche con la compra, volví a casa.

Subí por mi calle (por el sentido permitido) y aparqué muy cerca de mi portal. Pero en la zona de prohibido estacionar. Como en la zona donde aparco habitualmente (pasado el final de mi calle) esta llenísima, dejé el coche en la zona prohibida, esperando que no me pusieran ninguna multa.

Mi calle: epílogo
Poco más que explicar.
Mi calle es una calle vecinal, pequeña y muy tranquila.
Yo diría que pocos "extraños" pasan por ella; casi todos somos vecinos.


¡¡ Me encanta mi calle !!


Remordimientos (añadido el día siguiente, viernes)
Ayer jueves era un día especial. Hoy es viernes, 12 de octubre, fiesta en España (Día de la Hispanidad, y El Pilar). Como no voy a coger el coche en todo el fin de semana (usaré metro) no quería dejarlo aparcado donde lo dejé ayer, en la zona prohibida.

Así que ésta mañana he llevado el coche a la zona habitual. Había un hueco (uno solo, menuda suerte) y allí lo he dejado. Hasta el lunes.

(Bueno, el domingo seguramente me iré a dar una vuelta y aprovecharé para llenar el depósito)

:-)