Circulaba por Barcelona. A punto de llegar a la Plaça de les Glories. Sobre las 19h, por tanto, de noche ya.
Porque se movía, y el movimiento delata. Sino, no lo hubiera visto. Un ciclista, con mochila a la espalda, vestido con ropa oscura y ni un sólo reflectante.
Tendría ganas que lo atropellaran, supongo. Ya es peligroso circular en bici por las calles de Barcelona, pero hacerlo de oscuro es una invitación a morir pronto (o al menos, a ser arrollado).
No siempre son los conductores los imprudentes. A mi modo de ver, claro.
:-)
1 comentario:
Sin comentarios, que se me tira el gremio a la yugular.
Publicar un comentario