Hace un mes y pico os hablaba del Civic que se había comprado mi amigo Karles.
Hoy tuve la oportunidad de bajar con él desde Sant Cugat hasta Barcelona. Por la carretera de Vallvidriera. Peazo coche, el Civic. Tomaba las curvas que parecía que no existían. La fuerza centrípeta casi había desaparecido.
Por no hablar de los 140 caballos perfectamente domados por su conductor. Una delicia ver cómo aceleraba y el coche respondía casi sin despeinarse.
Vaya, no se si habeis notado que me encantó viajar en ese coche, je je.
No es que ya no quiera a mi Civic, no. De hecho, estoy deseando ir a buscarlo al taller y traermelo para casa, pero viajar en un coche más moderno y bien equipado es un gustazo.
Por cierto, que delante nuestro un conductor se dedicó a saltarse la continua curva sí, curva también. En algunas curvas metía más del 80% de su coche en el carril contrario. Por suerte no subía nadie, porque hubiera podido provocar un accidente.
Un saludo !!
:-)
1 comentario:
Y si choca con alguien, dirá que la culpa es de la vía porque la pintura blanca no tiene medio metro de alto para impedirle franquearla.
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