Subía hoy por la carretera de la Rabassada. Estaba al inicio de dicha carretera. Detrás mio un coche nuevecito, y más potente que el mío.
En ese tramo hay una línea continua preciosa que impide adelantamientos, más que nada porque viene una curva a la derecha (curva muy suave), y otra a la izquierda (está más cerrada).
En el tramo anterior a la curva a derechas, ese coche me adelantó. Como me gusta explicarlo todo diré que de frente no venía nadie. Que de haber venido alguien, el que me adelantaba podía frenar y volver a ponerse detrás mío. O sea, que riesgo de colisión no hubo.
Pero una continua es una continua. Total, luego pilló el último semáforo de esa carretera en rojo, y tuvo que pararse. Ahí lo alcancé.
También es cierto que en cuanto se puso en verde el semáforo, lo perdí de vista. El ESP le permite cosas que mi coche no me permite (bueno, sí me las permite, pero no me arriesgo a los errores que pueda cometer yo).
La parte positiva es que detrás mio no quedó nadie y subí tranquilo, sin nadie incordíandome. Cosa, por otro lado, que me importa un bledo; si tiene prisa que se compre un avión. Pero llevar a alguien besándote el culo pues no mola.
:-)
1 comentario:
Esto forma parte de una curiosa teoría que afirma que todo va bien mientras uno percibe que va bien. Como yo veo que no viene nadie, me salto una línea pintada en el suelo que pusieron para la gente torpe.
Vale. Espero que siempre veas igual de bien, campeón. El día que te falle la jugada, quizá asesines a alguien con tu coche.
¿Vale la pena jugársela?
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