Ya me ha pasado unas cuantas veces desde que tengo el coche.
Por la mañana.
Voy a entrar en la Ronda de Dalt. Circulación muy muy muy lenta. Lo normal en esos casos es que se deje entrar a un coche cada vez.
O sea, tú vas por tú carril. Delante tuyo, otro coche. Pues el que va delante tuyo deja entrar al primero que está en el carril de aceleración. Luego yo dejo entrar al que estaba segundo (que ahora ya está primero, claro).
Pues en mi caso, estoy en el carril de aceleración. Voy a entrar, confiado en que me dejará entrar, porque el que estaba delante mio ya ha entrado.
Pero no. El turismo que está en el carril al que yo quiero entrar, arranca y se olvida de mí. Cuando miro a la persona, invariablemente es mujer.
No se que les he hecho yo a las mujeres para que me odien así. Tampoco soy tan mal amante.
:-)
(esto levantará ampollas entre las más feministas, pero la realidad es la realidad)
2 comentarios:
Ah, yo creía que el que hacía eso indefectiblemente conducía un BMW.
Hoy en la Ronda de Dalt (Nus de la Trinitat) ha sido un hombre, pero en éste caso no me incorporaba, sino que quería cambiar de carril.
Digamos que dos a uno. Igual mantengo la cuenta, igual no.
:-)
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