Cuando estaba en la autoescuela haciendo prácticas de coche, una de las cosas que tuve que aprender es a entrar correctamente en una rotonda, y a salir también correctamente.
Honestamente he decir que entro como puedo y salgo como puedo; pero lejos de lo que podríamos decir "correctamente" (en la parte derecha hay un links al blog de Josep -curvas rectas- donde explica cómo gestionar rotondas).
Lo que casi siempre respecto es la prioridad de paso del que está dentro de la rotonda.
Llegando a mi trabajo, en mi última rotonda, un conductor se saltó mi prioridad. De hecho ni me miró. Suerte que yo siempre voy despacio (excepto cuando corro).
Estuve por pitarle ( ¡¡ para una vez que puedo hacerlo porque tenía razón !! ) pero lo dejé estar. Era demasiado temprano.
:-)
(moraleja: que no soy el único que mete la pata, por supuesto, je je).
1 comentario:
No vale la pena. El tío seguirá siendo igual de memo aunque le pites.
Publicar un comentario